Un CEO no puede no tener una marca personal

 

%banner%
%home%

En los últimos 15 años, Andrés Pérez Ortega ha ocupado puestos de responsabilidad en diferentes compañías como Repsol, ONCE o Carrefour. Fruto de esa experiencia laboral y siendo consciente de los problemas que atañen a la gestión de personas, Pérez Ortega introduce el concepto de personal branding en España con el fin de mejorar la forma de trabajar en las empresas.

Se define a sí mismo como el pionero y el principal experto del término marca personal, habiendo logrado además la puesta en marcha de programas tan innovadores como es el de Marca Propia.  Y es que para este experto en la materia, la marca individual es “la huella que dejamos en la mente de los demás, ese es su objetivo”. Algo que resulta vital para cualquier ámbito de la vida…“hay que conseguir que ese recuerdo sea sobre todo positivo”.

La marca personal en el mundo directivo

Al preguntarle acerca de si es necesario que un directivo desarrolle su marca personal, Andrés Pérez Ortega es rotundo al afirmar que uno no puede prescindir de la marca porque quiera: “Un CEO no puede no tener una marca personal. La marca personal no consiste en querer tenerla o no, sino que aparece desde el primer momento en el que tenemos una relación con alguien”.

La marca personal es algo inherente que va unido a nuestra forma de ser. Es la manera en que mostramos al mundo quienes somos: desde la forma de vestir, la manera de expresarnos o el aspecto físico hasta la personalidad y proyecto de vida de cada uno. Todo influye en la referencia que tienen los individuos sobre ti. “Nos etiquetan, nos marcan, nos valoran… Nuestro modo de comportarnos está generando ya un pensamiento en el modo del otro”. Es imposible renunciar a ese personal branding.

El problema de la marca personal viene dado “por el desconocimiento que tiene el CEO” acerca de este concepto, y “ por no saber ni ser consciente de que cuenta con una marca personal propia” que afecta a todo lo que hace.

La marca personal refuerza la marca de la compañía

En este momento donde las compañías son parecidas, los productos indistinguibles y las ofertas iguales, lo que va a marcar la diferencia son las personas. “Escoger y contar con gente válida y potente en tu equipo es vital. El CEO debe dotar a su equipo de todas las herramientas necesarias para conseguir que estas les posicionen y ayuden a reforzar de manera conjunta, la imagen de la entidad”.

De hecho, las ventajas que conlleva contar con una marca personal se engloban en el concepto de marcar la diferencia y ser la primera opción a elegir en cualquier decisión. Sin embargo, Pérez Ortega afirma que la dificultad consiste muchas veces en la incoherencia a la hora de construir la marca. “Si no has definido bien tu marca ni es auténtica, lo que va a ocurrir es que vas a estar soportando una serie de valores, características y cualidades que no van contigo. Es importante que esté bien definida y estructurada puesto que es para toda la vida… Es algo que va asociado a tu vida profesional y a tu vida personal”.

Cuanto más potente sea la marca del CEO, sin duda más influencia tendrá en el entorno, en el mercado y en su sector.

Marca personal vs. Marca personaje

Este experto en marcas señala que los errores más frecuentes que se cometen en el mundo empresarial en este sentido, se deben a la inconsistencia. No marcarse un objetivo y no ser persistente para lograr la meta son los pecados capitales de la marca personal.

Aunque también, otro de los fallos cometidos por los CEOs, recae en la bipolaridad de la personalidad que se da en el personal branding. “Una persona tiene una marca personal y un personaje tiene otra marca personal. Un buen ejemplo puede ser la marca personal de Harrison Ford y su marca corporativa de Indiana Jones. Si estamos creando un personaje no estamos creando una marca personal. La marca personal tiene que ser ante todo auténtica”.

Si no es auténtica y no se basa en la total complejidad de la persona, difícilmente conseguiremos ese posicionamiento y ese propósito. De hecho, muchos empleados que diferencian  su marca dependiendo del ámbito en el que se mueven, una vez que dejan de trabajar olvidan por consiguiente en numerosas ocasiones, su propia  identidad personal.

Pérez Ortega lo tiene claro: “Cada uno debe decidir cuáles son los valores y los principios que van a regir su vida. Y todo debe ir aplicado en un mismo plano”.